Labels

personal (2) síndrome (2) Pensando (1) beginning (1) soledades (1) yo (1)

Saturday, May 21, 2011

Soledades I: De desamores y enchules a primera vista

Me encantaría saber de dónde fue que surgió la gran idea del Amor a primera vista. ¡Cuán absurdo y mierda es ese concepto! Eso no existe, empezando con que enamorarse se confunde con lo que le llamamos el enchule.  Ahora, ¿qué del Enchule a primera vista? Ese llamado viaje que comienza dos minutos de haberte dado cuenta que la persona te atrae, hasta que de repente te encuentras con que tienes hijos, una casa gigante y un perro igual de grande, llamado Alexander (antojos míos).

Pero y entonces, ¿qué? Me encuentro pensando, luego de ese viaje, que debo tener algo genético que hace que la gente se espante. Y sí, digo espantar en todo el sentido de la palabra: llamadas perdidas, textos sin contestar y luego un "Hey! Ay si es que he estado TAN ocupado". ¿Alguien puede repetir conmigo: "Bull-SHIT"? Si lo dicen en voz alta, mejor. Pienso en compartir una cama, levantarme todos los días y mirar para el lado y ver ALGO, además de la ristra de almohadas que suelo usar y, bah, suena como ese tipo de pensamiento que causa problemas a la hora de la verdad. Entiéndase como la hora de la verdad, el momento en el que uno conoce a esa persona y ocurre lo anterior mencionado.

Y no quiero perder esperanzas. Corrección: quiero. Pero creo que por más que intente perder esperanzas, no lo lograré, porque soy un iluso, romántico empedernido, que bien, bien, bien profundamente cree en todos y cada uno de esos clichés de las películas; flores y demás. Y al ser así, confieso que creo fervientemente en que hay alguien muy especial en camino. Tan solo viene nadando. Desde Australia. Es buzo,viene sumergido bien profundo y sube solamente para ver la posición de las estrellas para saber donde está, pero está nublado la mayoría del tiempo y por eso se tarda más.

Sin embargo, reconozco que me precipito, por decirle así. Pero en una vida donde aparentemente no aplican las leyes de solubilidad, ¿qué puedo hacer, mas que precipitarme? Es como la pendejá esa de dar la milla extra. Pero mal hecho, y por quien no debo. A veces me creo que soy el candidato perfecto para una vida eterna y otras veces para la soledad segura. A veces soy un todo, y a veces me siento nadie. Y al terminar, resulta ser de esas veces que uno no se quiere ni mirar en el espejo.

Y esto es algo que no es desde hoy; hablo tanto de la entrada del blog como de lo que mencioné en él. Llevo desarrollando esto par de días, y le di una pausa por un evento que quizás cambiaba todo lo que había escrito.  Esa pausa tan solo me abrió las puertas. Me abrió las puertas a darme cuenta que todo lo que escribí era verdad y válido. Lo encuentro bien triste, porque aparentemente está todo fuera de mi alcance. "Eres bien lindo, chévere, nice, bello...", más de lo mismo, "y hay química (esa es nueva)... pero...". Y es ahí que entra el cabrón pero ese que tanto me ha jodido la existencia y me hace querer cagarme en lo cagable, y aún más en lo incagable. ¿Qué tengo que cambiar o modificar? ¿Acaso tengo que mostrar más desinterés?

Si muestro desinterés solo por darme mi puesto e importancia, no quiero la cosa lo suficiente. Si muestro interés, la persona se siente acaparada. Si llego en un mal momento, pues, llegué en un mal momento. Si llego en un buen momento, todo es bonito por tres días y de repente soy un clavo, que está sacando a otro. (Nótese que el uso de la palabra clavo es bien apropiada.)

No sé qué más hacer. Me rendiré y continuaré mi vida. Si 'estartea y no arranca' una cosa, haré que 'estartee y arranque' otra. Como dicen allá afuera, No use crying over spilled milk. ok, fine, I cried pero whatever.

Seguiré con mis mujeres, porque pelo de crica jala más que yunta de bueyes.

Sunday, May 15, 2011

La felicidad se oculta entre los niños


Wednesday, March 23, 2011

Síndrome de la (redundante) inconformidad humana

"Quiero más".

Ese es el sentimiento del momento, y lo encontramos en todas partes. Cada esquina y recoveco de nuestra vida se rige por eso, sea por bien o por mal. Desde artistas con una carrera tan protuberante como tan frágil, hasta personas que no tienen mucho que perder sufren del "quiero más".

Sin embargo resulta que la necesidad nos gobierna desde los principios. El hombre necesitaba con qué calentarse, por lo tanto ya sea por medio de su intuición limitada pero astuta (hablo de un hombre), o que Prometeo haya sacado una mano de alguna nube y le haya regalado una caja de Cracker Jacks premiada, el muy suertudo terminó con lo que hoy día nos referimos cariñosamente como 'candela'. Fuego. Llama. Y como toda moneda, la cual tiene dos caras, supongo encontró muy prontamente que el fuego que tanto necesitaba para calentarse, si se le pegaba terminaba con quemaduras de x grado. Luego imagino se lo tenían que llevar en ambulancia prehistórica y untarle algún tipo de guano de dinosaurio para aliviar la quemazón.

Resulta que ese es el problema mayor con el "quiero más": las dos caras de la moneda (en el mejor caso; como 5 o 6 si eres una persona bien codiciosa). Aparte, también, de esa inconformidad innata que le añade complejidad hasta a lo más sencillo. ¿Quieres más? Entonces busca más, pero enfrenta las consecuencias con los mismos cojones que tuviste para pedir y/o ser un cabrón inconforme. A todos nos pasa. De hecho lo escribo primero por mi, antes de señalar. Pero es eso mismo, identificar el problema para luego intentar sobrevivir el síndrome. (No digo corregir, porque como dice Tego: "¡Con la boca es un mamey, cabrón!")

No obstante me pregunto siempre: ¿Acaso estamos destinados a anhelar más allá cuando muchas veces ya tenemos algo bueno de frente?

Este fue el síndrome de la inconformidad humana, por más redundante que suene.

Tuesday, March 8, 2011

Un blog más personal, por favor.

Resulta que soy ya fanático de un blog, mi amado Tumblr. ¡Qué buen sitio para estar! Es mi lugar de gustos y lujurias. Me gozo el sitio, pero nunca escribo. 


Decidí hacer un blog para escribir cuando me de la gana, lo que me de la gana. Ya es hora de crecer un poco más, y al leer lo que pienso cuando lo escribo, quizás, me doy cuenta de cuánto me falta.  Para mi, la escritura puede ser comparada con el cliché de: "ejercitar los músculos". Sí, el escribir es un bendito músculo y hay que ejercitarlo. Sino terminaré escribiendo muletillas y pensamientos incompletos e incoherentes, como le suele pasar a medio mundo. Sin embargo, no deseo ser quien mejor escribe o se expresa. Quizás algún día no tenga muchas ganas de escribir y solo añada un título a la colección de posts, pero el punto es mantener el pensamiento fluyendo. 


Con esto os dejo, ésta fue mi carta introductoria.